lunes, 22 de noviembre de 2010

Essential Killing: vuelve Vincent Gallo y vuelve a lo grande.

Trailer de "Essential Killing", film del director polaco Jerzi Skolimowski y frecientemente galardonado con el Astor de Oro 2010 en el Festival Internacional de Mar Del Plata, protagonizado por el inefable Vincent Gallo (ex modelo, pintor, poeta, músico y actor, uno de los mejores realizadores del cine indie norteamericano y fanático confeso de Dobleiú Bush, de tendencia filo-nazi en sus entrevistas a la prensa y actualmente dedicado a vender su propio esperma vía web (?). Esperamos su pronto estreno en la cartelera platense.

Cuando calienta el Sol: breve reseña de Sunshine (2007)

Sunshine es, imagino, a muchos de mi generación el equivalente a 2001: Odisea del Espacio para los que crecieron en los '60. Tiene todo lo que debe tener un gran film: a Danny Boyle dirigiendo la batuta (uno de mis directores favoritos), a Cillian Murphy, Rose Byrne (cosita), Hiroyuki Zanada, Cliff Curtis (gran trabajo), Michelle Yeoh y Chris Evans, personificando a los inolvidables Cappa, Cassie, Kaneda, Dr. Searle, Corazón y el heroico Mace; más la majestuosa música de John Murphy, soberbios efectos especiales en dosis justas y un argumento que gira en torno a uno de los misterios existenciales más antiguos del Hombre, la existencia de Dios.



De qué va...?: Siglo XII. El sol se está apagando y la Humanidad hace un último y desesperado intento por encenderle la mecha nuevamente, enviando una gigantesca nave con la suficiente carga atómica para crear un nuevo Sol junto al ya moribundo. Esta nave, llamada Icaro 2 e integrada por 8 tripulantes, no es la primera en intentarlo. 8 años antes había partido Icaro 1 con el mismo objetivo, perdiéndose su rastro poco antes de llegar al Sol.
Luego de cruzar el planeta Mercurio, la Icarus 2 se topa sorpresivamente con su antecesora y sus tripulantes deciden abordar lo que parece una nave muerta y abandonada a la deriva. Este será solo el principio de sus problemas.



Filmada con precisión de relojero (no hay escenas gratarolas ni diálogos de relleno), con un guión minucioso hasta los más infimos detalles y con una pretensión hiperrealista en su desarrollo (exceptuando ese inverosímil comienzo de un Sol agonizante, que inteligentemente Boyle no pierde el tiempo en intentar explicar), Sunshine es un film que requiere de más de un visionado (si no se está atento, por momentos uno pierde noción de en qué parte de la Icaro están los tripulantes).

Frases memorables:"Kaneda, what do you see??", "Only dream I ever have... is it the surface of the sun? Everytime I shut my eyes... it's always the same.", "For seven years I spoke with God. He told me to take us all to Heaven."

Puntuación:

sábado, 3 de abril de 2010

Hoy "Chasing Amy", de Kevin Smith



Continuamos con las comedias románticas y en esta ocasión hablaremos de Chasing Amy (aquí en Argentina se estrenó como "El otro lado del Amor", pero su título más acertado sería "Persiguiendo a Amy"), un film del año 1997 dirigido por Kevin Smith y producido por Scott Mosier.

Quién es..? Para quienes aún no lo conocen, Kevin Smith es un historietista, guionista y director de cine que se ha venido forjando una carrera al margen de los estudios, en cintas de presupuestos modestos y actores semidesconocidos. Clerks ("Cajeros", 1994), su ópera prima, hecha con 60 mil dólares y con amigos y familiares suyos actuando de onda en casi un único decorado -el supermercado donde por ese entonces atendía Smith-, supo ser un imprevisto éxito en el festival de Sundance, revalidando títulos en Cannes ese mismo año. Con mucho de autobiografía, como la mayoría de sus films, un estilo ácido y tierno y diálogos por momentos brillantes, aquella película retrataba un día en la rutinaria vida de dos jóvenes amigos, empleados de un drugstore de Nueva Jersey; jóvenes sin un rumbo definido, demasiadas incertidumbres y esa horrible sensación de sentirse atascado en la vida sin saber muy bien cuál es el camino para seguir avanzando. Y, sí, Smith filmaba feo, pero ¡qué importaba! Clerks marcó una época y aún hoy se mantiene fresca e irreverente, sin envejecer ni un día. Con ella daría inicio, en 6 films consecutivos, al View Askew Universe, un universo autónomo e interconectado donde la mayoría de los personajes de cada film está vinculado con algún otro del siguiente y de los anteriores, por lo que se recomienda ver estas películas en riguroso orden cronológico.

Al año siguiente y alentado por el éxito de Clerks, Smith profundizó su rasgo cómico escatológico en la delirante Mallrats, que no fue bien acompañada por el público ni la crítica, por lo que decidió llamarse a silencio por dos años, luego de los cuales retornaría con "Chasing Amy".



Quienes ya se habían fanatizado con el Estilo Smith de Chistes de Pijas, Pedos y Vaginas, a esa altura una marca registrada del director, quedaron anonadados ante este film íntimo, personal, sensible, intensamente dramático. Muchos no se lo perdonaron. Allí Smith reflejaba descarnadamente y sin disimular demasiado su relación de pareja con la actriz Joey Lauren Adams y el conflicto que significaba la combinación de dos personalidades tan disímiles. Nuevamente, Chasing Amy reventó las taquillas y fue celebrada unánimemente por la crítica, convirtiéndose en uno de los mejores films de esa temporada. Unos años más tarde, el exigente sello Criterion, especializado en el cine de autor, lanzó una edición especial del film, otorgándole así un reconocimiento tácito a los méritos artísticos de la obra, tanto en sus logros formales, como de guión.

De qué va...? Holden McNeil, interpretado por Ben Affleck, y Banky Edwards, a cargo de Jason Lee, son dos grandes amigos de la infancia, que comparten piso y trabajo: ambos son los dibujantes del cómic "Bluntman & Chronic", una parodia de Batman y Robin en clave lisérgica que es un relativo éxito de ventas. El cómic en cuestión es un compendio pasatista de chistes de trazo grueso sobre marihuana, culos y flatulencias, que no parece satisfacer del todo a Holden, quien busca crear algo más profundo y trascendente. En unas de las típicas firmas de ejemplares de una convención de historietas, Holden, un joven más bien tradicional y algo inseguro, conoce a Alyssa, escritora de cómics de temática adulta (ahora les dicen novelas gráficas...). Su personalidad liberal y desinhibida desarma el mundo estructurado de Holden, quien se enamora instantáneamente de ella.

Sin embargo al enterarse que Alyssa es lesbiana, queda shockeado y decide dejar de verla. Alyssa, entonces, le propondrá iniciar una amistad y así , con el tiempo, nacerá entre ellos una atraccion que ya no podrán disimular. Entretanto, Banky, el tercero en discordia, un tipo posesivo hasta los celos y tremendamente homofóbico, hará todo lo posible por romper esta relación, que considera anormal.
Cuando el amor parece transcurrir idílicamente entre Holden y Alyssa, éste se enterará de ciertas historias del pasado de Alyssa que considera indigeribles, y en un tonto gesto de inmadurez, rompe unilateralmente la relación, con resultados devastadores.



Highlights:
El comiquísimo diálogo en el bar entre Alyssa, Banky y Holden sobre las diferencias del sexo hetero y homosexual, la declaración de amor de Holden bajo la lluvia y el juego de miradas y gestos de despedida entre Banky y Holden en la inolvidable secuencia final.

En resumen... De los mejores films de la despareja carrera de Smith, por su honestidad, sus complejos personajes y sus ingeniosos diálogos, por la entrega total a su papel de Ben Affleck -sin duda uno de sus mejores trabajos- y de la no menos brillante Joey Lauren Adams, Chasing Amy sigue acumulando seguidores y prestigio al día de hoy.

Puntuación:Negrita
Links: DIVX (700 MEGAS) DVD FULL (4 GIGAS) DVD FULL (9 GIGAS)


jueves, 1 de abril de 2010

Mi mejor verano

ESTE MES: Comedias románticas para superar una ruptura

HOY: "(500) Days of Summer"

Comenzaremos diciendo que (500) Days of Summer ("500 días juntos" en Argentina), no es la típica comedia romántica, al estilo de la edulcorada "Tienes un E-mail" u otras. Con una compleja estructura temporal que recuerda por momentos a esa otra gran película de ruptura que es "Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos", en este film dirigido por Marc Webb se narran los 500 días en la relación del protagonista, Tom Hansen (actuación soberbia del ascendente Joseph Gordon-Levitt), un tímido arquitecto que se las rebusca como empleado en una empresa de tarjetas navideñas, y su nueva compañera de oficina, Summer Finn (a cargo de la maravillosa Zooey Deschanel), una chica algo distante y excéptica con respecto al Amor. Tom busca desde hace años a su media naranja, al amor perfecto de su vida y cree encontrarlo en Summer.





A partir de similares gustos musicales, nacerá entre ambos una relación que, inevitablemente, se irá desmoronando con el transcurso de los meses; desmoronamiento que se nos va mostrando mediante pequeños indicios, saltando atrás y adelante en el tiempo, culminando en un final cíclico, tal vez un tanto obvio. Altamente recomendable.

Puntuación: y 1/2 Quintines

LeoAbzurdo

sábado, 27 de febrero de 2010

PROHIBIDO EL INGRESO DE ALIENS

(Post originalmente publicado en el blog amigo Una Pálida Idea el 27/02, quien me invitara generosamente a escribir una reseña sobre alguna de las películas nominadas al Oscar 2010)


Hoy voy a hablarles de Distrito 9, film que llamó poderosamente mi atención el año pasado, principalmente por su argumento, vinculado con la problemática del racismo y la xenofobia y su modo particular de narrarlo, en el cual se da una cruza de géneros poco usual: sin que se noten las costuras, la peli arranca como un documental clásico pero luego se irá convirtiendo en una bien de acción.
El nudo principal de la película surge de un interrogante tan sencillo como inquietante: Si algún día llegasen extraterrestres a nuestro mundo... ¿cómo actuaríamos, cuál sería nuestra reacción, qué haríamos con ellos? Los atisbos de respuesta que nos ofrece el film no son muy alentadores al respecto. Alguna vez, el divulgador científico Carl Sagan postuló que el sólo hecho de hacer contacto con otras especies inteligentes provocaría en la Humanidad un salto cualitativo y cuantitativo hacia una Nueva Era. Bueno, este film no comparte ese entusiasmo y en cambio sí guarda cierta similitud con el último trabajo de James Cameron: si en Avatar, el ser humano sale a conquistar planetas en su búsqueda desenfrenada de nuevos recursos minerales, barriendo en el camino a cualquier cosa viviente que se le interponga, en Distrito 9 los visitantes alienígenas son despreciados por el ciudadano de a pié y motivo de atención para las multinacionales por su avanzado armamento. Bastante desolador el panorama.
Distrito 9 es la ópera prima de Neill Blonkamp, un joven realizador sudafricano que anteriormente había dirigido el corto
Alive in Joburg, trabajo con el que impresionó hondamente al director neozelandés Peter “El Señor de los Anillos“ Jackson, quién, rápido de reflejos, le sugirió adaptar la premisa principal del corto a un formato de largometraje.



El film comienza con una serie de materiales de archivo de TV y entrevistas a cámara a distintos especialistas (sociólogos, historiadores, etc) que se encargan de ponernos en situación: todo transcurre en el presente, en la ciudad de
Johannesburgo, Sudáfrica. Se han cumplido casi 30 años del arribo de una extraña y gigantesca nave extraterrestre, que se posa sin previo aviso sobre la ciudad y allí se queda. Un tiempo más tarde, los científicos encargados de hacer contacto descubrirán que dicha nave es habitada por un contingente de aliens obreros a la deriva, al borde de la inanición y en pésimas condiciones sanitarias, que al parecer huyeron como pudieron de su planeta de origen a causa de algún desastre mayor. Y a la humanidad, en un gesto por demás mezquino, no se le ocurre peor idea que alojar a los nuevos visitantes en el Distrito 9, un barrio sumamente precario junto a las capas más pobres de la población[1] quienes, pese al esfuerzo denodado de algunas ONG de derechos humanos por integrar a ambas culturas, ya no soportan a estos extraterrestres debido a sus costumbres extrañas y su comportamiento errático y sólo desean que alguien los expulse definitivamente de allí. Mientras tanto, el Gobierno comienza a dividir la ciudad en sectores Humanos y No-Humanos, y a ambas razas se les prohíbe terminantemente entrar en el territorio del otro, con el aparente fin de “evitar conflictos”. Desprovistos de recursos, los langostinos -nombre vulgar con que son apodados los extraterrestres, por su supuesto parecido con aquellos crustáceos marinos- comienzan a hurgar desesperados en la basura, a saquear comercios y vagar por las calles buscando algo de comida[2].


Finalmente se le encarga la tarea de desalojo a MNU, MultiNational United, una megaempresa vinculada al desarrollo y venta de armas de combate que intenta sin éxito manipular las armas extraterrestres, que sólo responden a su ADN y resultan inútiles en poder de los humanos. Esta empresa, a su vez, delega la tarea en manos del protagonista, Wilkus Van Der Merwe[3], el yerno del capo de la compañía, la complicada tarea del traslado definitivo hacia una especie de campo de concentración para alienígenas. Por si fuera poco, Wilkus resulta ser un completo tarado por lo que las cosas comienzan a complicarse más y más: el escuadrón SWAT que lidera Wilkus debe ir casa por casa y hacer firmar a cada alienígena su consentimiento con la orden de desalojo, quienes, ante la posibilidad de un destino incierto, se niegan rotundamente a ser trasladados. Es en estos casos en que interviene la brutalidad policial para obligarlos a firmar como sea. En uno de estos enfrentamientos, Wilkus recibe una descarga en la cara de un líquido misterioso, que con el transcurrir de las horas comienza a provocarle una profunda mutación genética en su cuerpo. Entonces la MNU y el jefe de una mafia indígena local deciden capturarlo para sus oscuros y siniestros fines, pero en su huida, Wilkus se aliará con un introvertido alien, que también tiene sus propios planes…
Con los minutos, la premisa inicial del film va perdiendo fuerza y Blonkamp decide recostarse en el costado más obvio y espectacular que es el de las escenas de acción, como por ejemplo la impresionante secuencia del
enfrentamiento entre Wilkus -enfundado en un exo-esqueleto robot- y las fuerzas SWAT de la MNU. Prácticamente en ningún momento uno percibe ese efecto de irrealidad o extrañeza que tienen las imágenes generadas por computadora; aquí sale a relucir toda la experiencia de Blonkamp como director creativo de efectos especiales de series como Dark Angel, Smalville y Stargate SG-1. Hacia el final, la cinta aún se reserva un par de escenas conmovedoras, inolvidables, como aquella del sacrificio de Wilkus y su mutación definitiva, o la del ascenso del alienígena aliado hacia la nave madre, contada de forma magistral. En suma, se trata de un film por momentos inquietante, en el cual no dejan de resonar trágicamente referencias permanentes al apartheid, el sistema opresivo y de exclusión que los boers impusieron a las tribus negras, del cual al día de hoy permanecen casi inalterables muchas de sus terribles consecuencias. Una exquisita forma de contar cuán desagradables solemos ser los seres humanos, cuando nos enfrentamos a alguien distinto.

Por: LeoAbsurdo


[1] Algo así como la Villa 31, en pleno Johanesburgo.

[2] Cualquier parecido con el Apartheid, régimen de opresión brutal llevado a cabo por los boer -una minoría blanca- sobre las distintas tribus indígenas no es ninguna coincidencia. En este sentido, Distrito 9 se ubica en las antípodas de “Invictus”, el último film de Clint Eastwood, y su visión idílica e hipócrita de Opresores y Oprimidos tendiéndose la mano y dejando atrás un pasado doloroso.

[3] De un asombroso parecido físico con el Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.

domingo, 21 de febrero de 2010

"The Man Who Fell To Earth", un film fallido

Anoche tuve la poca fortuna de ver una película bastante extraña y perturbadora; se trata de una de las primeras incursiones protagónicas de David Bowie en el mundo del cine, en un film que bien podría catalogarse como drama bizarro de semi ciencia-ficción. Veamos.
Por empezar y siendo franco, me sorprendió lo horriblemente mala que me resultó esta película, tanto a nivel de las actuaciones y guión, como en lo realizativo y de montaje. El film en cuestión se llama "The Man Who Fell To Earth" (El Hombre Que Cayó a la Tierra) y es de 1976. Su director es un tal Nicolas Roeg y fue rodada mayormente en EEUU e Inglaterra.



La historia gira alrededor del señor Thomas Jerome Newton -interpretado por Bowie-, un alienígena humanoide que arriba a la Tierra en busca de agua, un elemento vital que parece hacer mucha falta en su desértico mundo de origen. De buenas a primeras se instala en Nueva York, contrata a un abogado, y se pone a patentar, mediante su megaempresa fachada World Enterprises, una serie de inventos revolucionarios que lo convierten en billonario de la noche al día (?). A Thomas todo ese dinero no le interesa más que como posibilidad de encontrar la forma de transportar subrepticiamente grandes cantidades de agua hacia su planeta. Pero su nueva novia Mary Lou -a cargo de la bella actriz Candy Clark- y el Dr. Nathan Bryce -interpretado por Rip Torn- un profesor de bioquímica que trabaja para él, empiezan a sospechar que hay algo raro en todo el asunto.
O algo así.
Porque, en el mar de incoherencias y desvaríos en que naufraga la película, nunca queda del todo claro que el bendito H2O sea la motivación principal del extraterrestre, ni qué compele al bioquímico a acostarse compulsivamente con todas sus discípulas, ni porqué la novia de Newton se comporta de modo tan ciclotímico, ni mucho menos qué hace ese investigador negro desnudando todo el plan secreto a pocos minutos del final. Es que casi nada de lo que sucede a lo largo de sus interminables 128 minutos tiene una justificación verosímil. Tampoco ayuda mucho el director Roeg, que se limita a narrar las escenas con el oficio de un aprendiz (las escenas de sexo deben estar entre las peor filmadas que yo recuerde). Por no hablar de las actuaciones, que cuando no causan estupor mueven a risa: el Sr. Newton oscila permanentemente entre el gesto de aburrimiento y el mohín caprichoso (Bowie, años después, tendría la posibilidad de demostrar su gran capacidad histriónica en la poco valorada "El Ansia", de Tony Scott. Gran film. Parece que se viene la secuela en 2012). Sólo Rip Torn parece aportar un poquito de espesura dramática en medio de la confusión general.
En fin, considero a "The Man Who.." una película muy recomendable para proyectar en algún taller de realización cinematográfica. Porque como siempre aconsejara un profesor a quien estimo mucho: "Miren películas malas, chicos. Miren todas las que puedan. Y mientras más malas sean, mucho mejor. Porque es dificil saber qué es lo que uno tiene que hacer, pero es más fácil aprender lo que uno no tiene que hacer".

LeoAbsurdo

sábado, 13 de febrero de 2010

Sobre la percepción del Tiempo: el arte de Bill Viola

"Ambos procesos (nacimiento y muerte) son, de hecho, muy similares. Los dos comprenden un pasaje de un mundo hacia el siguiente (…) Nacimiento y muerte son etapas de un viaje que hacemos todos y que es eterno.” Bill Viola



Hoy les traigo una de las mis obras preferidas (poemas visuales, prefiere llamarlas él) del videasta estadounidense Bill Viola. Su título, Ancient Of Days, hace referencia a un dios arameo (Atiq Yomin) del mismo nombre, expresando la idea de un Dios eterno, como así también eterno es el Tiempo. Este antiguo Dios es uno de los nexos comunes entre distintas religiones del mundo, como el Cristianismo o el Budismo.
El tiempo o más bien la percepción del tiempo, es una de las temáticas que atraviesa toda la obra de Bill Viola. Ya esta idea se ve expresada cuando al comienzo de "Ancient..." Viola rebobina la cinta, haciendo así retroceder la destrucción de una mesa incinerada y convirtiendo a dicha destrucción en una Creación, manifestándose de este modo su concepción cíclica del tiempo. Viola contrapone constantemente al Tiempo como fenómeno físico, con nuestra percepción personal de su transcurrir, diferenciando constantemente entre un tiempo natural y un tiempo subjetivo, explorando los límites entre lo consciente y lo inconsciente. Esta concepción está fuertemente vinculada con la filosofía del budismo (del cual Viola es un ferviente adherente), para el cual la Vida es como un ciclo constante que se reitera por toda la eternidad. Nacimiento, muerte y renacimiento. Para Viola la vida y la muerte son pasajes, cruces, y resultan entre sí muy similares. Este concepto lo desarrollará con mayor profundidad años después en su obra “The Passing” (“El Pasaje”, 1991). Que lo disfruten.

LeoAbsurdo

lunes, 11 de enero de 2010

Black Eyed Dog: Heath Ledger filma Nick Drake









Aquí les acerco un videoclip experimental producido, dirigido y protagonizado por Heath Ledger, unos meses antes de morir, en 2008.
El video se llama "Black Eyed Dog", en homenaje a a una canción del cantautor Nick Drake.
El tristemente desaparecido actor australiano había confesado en varias ocasiones sentirse muy influenciado por la música y la figura del músico inglés. Un hermoso y melancólico video, que comparto con todos uds.

LeoAbzurdo

martes, 5 de enero de 2010

SIN DOCUMENTOS: La inmigración según Israel Adrián Caetano

En 1999, cinco años después de irrumpir en el alicaído panorama del cine argentino de la primera mitad de los noventa con su celebrada ópera prima “Pizza, Birra, Faso”, Israel Adrián Caetano comienza el rodaje de “Bolivia”, film que recién se estrenaría en el verano de 2002; otra historia dura, fiel a su estilo, esta vez sobre inmigrantes y explotadores, en la Buenos Aires de fines del siglo pasado. Se trata de un film independiente de bajísimo presupuesto, rodado durante algunos fines de semana y con equipos y locaciones prestados, compuesto con mayoría de actores no profesionales, que mantiene y amplía la búsqueda estética planteadas en su anterior film: un realismo crudo, destemplado, asfixiante. Si en “Pizza,…” la mirada estaba puesta en los marginales, en los caídos, los excluídos del sistema, en Bolivia la misma se corre apenas un poco, hacia aquellos sectores que permanecen aún dentro del sistema productivo, aunque en condiciones muy precarias, siempre a punto de caer al precipicio. En ese sentido se trata de un film bastante amargo y descreído de la sociedad argentina de la época, que celebraba la fiesta neoliberal, sin meditar en las consecuencias que desembocarían en la tragedia de diciembre de 2001.



El argumento de Bolivia gira alrededor de Freddy (interpretado por Freddy Waldo Flores), un inmigrante boliviano indocumentado recién llegado a Buenos Aires que consigue trabajo como parrillero en un bar del barrio de San Cristóbal. En este lugar conoce e interactúa con personajes de toda índole, como Enrique, el dueño del bar, quien se aprovecha de su condición de indocumentado pagándole una remuneración miserable (soberbio trabajo del siempre poco reconocido Enrique Liporace); Rosa la mesera, venida de Paraguay (interpretada por Rosa Sánchez) una mujer reservada con la que traba una efímera relación afectiva, el Oso, un habitué de la parrilla cuyo actividad nunca se especifica del todo (gran labor de Oscar “Oso” Bertea, quien suele desempeñarse como asistente de dirección en algunas tiras de Pol-Ka); Marcelo, un taxista amigo del Oso; y Héctor, un vendedor ambulante que intenta establecer un acercamiento amoroso para con Freddy (a cargo del recordado Héctor Anglada, quien falleció en un trágico accidente de moto en 2002: un actor muy reconocido por su trabajo en tiras televisivas como Gasoleros, Campeones y RRDT).


El gran mérito de Bolivia, a nuestro entender, es plantear la cuestión de la xenofobia y el racismo, tópicos nunca del todo abordados en el cine argentino; esa xenofobia velada, solapada, que al intentar ocultarse termina poniéndose de manifiesto de forma mucho más violenta que la discriminación abierta (ya desde la segunda secuencia, los títulos de inicio - un partido de fútbol por las Eliminatorias entre Argentina y Bolivia relatado por Mariano Closs y Fernando Niembro, nos muestra, mediante un montaje sintético y discontinuo en el cual Argentina gana holgadamente mientras suena en contrapunto una música del altiplano, cómo la pareja de locutores aborda con aires de superioridad y un muy poco disimulado racismo a la comunidad boliviana -Bolivia se desordena, se desorganiza!”- : Caetano elige el fútbol como ejemplo extremo del exacerbamiento de las identidades culturales) . Asimismo, a lo largo del film también se van reflejando las tensiones sociales existentes en nuestra vida cotidiana: la explotación, la falta de trabajo, la ruptura de los lazos sociales, la desconfianza, la escasez de oportunidades, la desesperanza, etc (por ejemplo en la tercera secuencia, apenas arribado a Capital, Freddy es requisado en una vereda de forma muy violenta por un par de policías, en medio de la noche). De alguna manera, es una cinta que da cuenta en su relato del principio del fin de una época, la de los ´90 de la convertibilidad.

En Bolivia, Caetano construye un personaje principal, Freddy, que también tiene sus claroscuros; en este sentido Caetano decide mostrar la discriminación hacia el ‘Otro’ en Argentina a través de la elección de un inmigrante en particular, pero no mediante una mirada compasiva o paternalista sino con un personaje con participación activa en la estructuración del relato del film, pese a ser víctima constante de atropellos y vejaciones por parte de Enrique y el Oso, entre otros. Existe por parte del director un fuerte involucramiento en la construcción del personaje y su conflicto, en el modo en el que nos es representada la travesía de Freddy por medio de planos cerrados, extensos, donde predominan los silencios, la cámara tiende a inmiscuirse, a meterse con lo que sucede, no cuenta todo desde un punto de vista alejado, neutral, la acertada correlación entre la elección del tipo de soporte fílmico (un blanco y negro sucio y descarnado, con alto nivel de grano) con el tipo de historia que se narra (cruda, seca, violenta), el ambiente de hostigamiento se vincula permanentemente con los lugares agobiantes, los encuadres cerrados con los que trascurre la acción, los diálogos cargados de subtexto donde los personajes siempre están enunciando más de lo que dicen y hasta mintiendo descaradamente, recurso muy poco utilizado en el cine actual: vemos a los personajes no sólo hablando, sino haciendo, lo que en ocasiones los hace incurrir en contradicciones. Sin embargo, no se trata de una permanente bajada de línea por parte del realizador, sino que su tarea consiste en exponer estas contradicciones, hacerlas evidentes, dejando en manos del espectador el trabajo de juzgarlos o no.

A través de pequeños, ínfimos detalles es que vamos descubriendo con el transcurrir de la película fragmentos de la vida anterior del boliviano: que vino desde Bolivia al quedarse sin trabajo en los campos de cultivo, que tiene 4 hijos y una mujer a los que dejó para poder primero asentarse él, e incluso le brota de golpe su posición política con respecto al imperialismo (nos referimos a la escena de la bailanta donde Freddy, alcoholizado, comienza a maldecir a “esos yanquis de mierda”; se deja entrever que el trabajo que Freddy tenía en Bolivia le fue arrebatado por la milicia antidroga norteamericana).

Aunque esta posición igualmente es relativizada por el propio Caetano en una entrevista a la revista Sudestada, en 2005: “En Bolivia tenía una mirada adolescente de cómo eran las cosas, no me había propuesto nada, pero está cargada de cuestiones de formación política que yo había tenido, de una forma de mirar y percibir ciertas cosas que en ese momento no se hablaban. […] ahora la veo y me parece bastante dura, pero con una mirada bastante sorprendida de esos personajes. No es que va al lado oscuro de los personajes sino que está todo el tiempo como con cierto pavor a eso. Si la tuviera que hacer ahora, tal vez sería menos condescendiente con los personajes, mostraría miserias más profundas”[1].

Pese a ser ignorado por la crítica y el público al momento de su estreno, se trata de uno de los films más logrados de Caetano, tanto en su temática como en su abordaje, mediante un sólido manejo de los encuadres y de creación del espacio sonoro (sobre todo en las escenas que transcurren en el bar) y una gran dirección de actores, amén de un inteligente montaje y puesta en escena. En suma, un film que vale la pena volver a revisar, si pretendemos no perder la memoria de aquellos nefastos años noventa, una de las décadas más oscuras y devastadoras, a nivel social, económico y cultural, que sufrió nuestro país.

LeoAbsurdo


[1] Portela, Ignacio. “Entrevista a Adrián Caetano”, Revista Sudestada, pp 31.