lunes, 11 de enero de 2010

Black Eyed Dog: Heath Ledger filma Nick Drake









Aquí les acerco un videoclip experimental producido, dirigido y protagonizado por Heath Ledger, unos meses antes de morir, en 2008.
El video se llama "Black Eyed Dog", en homenaje a a una canción del cantautor Nick Drake.
El tristemente desaparecido actor australiano había confesado en varias ocasiones sentirse muy influenciado por la música y la figura del músico inglés. Un hermoso y melancólico video, que comparto con todos uds.

LeoAbzurdo

martes, 5 de enero de 2010

SIN DOCUMENTOS: La inmigración según Israel Adrián Caetano

En 1999, cinco años después de irrumpir en el alicaído panorama del cine argentino de la primera mitad de los noventa con su celebrada ópera prima “Pizza, Birra, Faso”, Israel Adrián Caetano comienza el rodaje de “Bolivia”, film que recién se estrenaría en el verano de 2002; otra historia dura, fiel a su estilo, esta vez sobre inmigrantes y explotadores, en la Buenos Aires de fines del siglo pasado. Se trata de un film independiente de bajísimo presupuesto, rodado durante algunos fines de semana y con equipos y locaciones prestados, compuesto con mayoría de actores no profesionales, que mantiene y amplía la búsqueda estética planteadas en su anterior film: un realismo crudo, destemplado, asfixiante. Si en “Pizza,…” la mirada estaba puesta en los marginales, en los caídos, los excluídos del sistema, en Bolivia la misma se corre apenas un poco, hacia aquellos sectores que permanecen aún dentro del sistema productivo, aunque en condiciones muy precarias, siempre a punto de caer al precipicio. En ese sentido se trata de un film bastante amargo y descreído de la sociedad argentina de la época, que celebraba la fiesta neoliberal, sin meditar en las consecuencias que desembocarían en la tragedia de diciembre de 2001.



El argumento de Bolivia gira alrededor de Freddy (interpretado por Freddy Waldo Flores), un inmigrante boliviano indocumentado recién llegado a Buenos Aires que consigue trabajo como parrillero en un bar del barrio de San Cristóbal. En este lugar conoce e interactúa con personajes de toda índole, como Enrique, el dueño del bar, quien se aprovecha de su condición de indocumentado pagándole una remuneración miserable (soberbio trabajo del siempre poco reconocido Enrique Liporace); Rosa la mesera, venida de Paraguay (interpretada por Rosa Sánchez) una mujer reservada con la que traba una efímera relación afectiva, el Oso, un habitué de la parrilla cuyo actividad nunca se especifica del todo (gran labor de Oscar “Oso” Bertea, quien suele desempeñarse como asistente de dirección en algunas tiras de Pol-Ka); Marcelo, un taxista amigo del Oso; y Héctor, un vendedor ambulante que intenta establecer un acercamiento amoroso para con Freddy (a cargo del recordado Héctor Anglada, quien falleció en un trágico accidente de moto en 2002: un actor muy reconocido por su trabajo en tiras televisivas como Gasoleros, Campeones y RRDT).


El gran mérito de Bolivia, a nuestro entender, es plantear la cuestión de la xenofobia y el racismo, tópicos nunca del todo abordados en el cine argentino; esa xenofobia velada, solapada, que al intentar ocultarse termina poniéndose de manifiesto de forma mucho más violenta que la discriminación abierta (ya desde la segunda secuencia, los títulos de inicio - un partido de fútbol por las Eliminatorias entre Argentina y Bolivia relatado por Mariano Closs y Fernando Niembro, nos muestra, mediante un montaje sintético y discontinuo en el cual Argentina gana holgadamente mientras suena en contrapunto una música del altiplano, cómo la pareja de locutores aborda con aires de superioridad y un muy poco disimulado racismo a la comunidad boliviana -Bolivia se desordena, se desorganiza!”- : Caetano elige el fútbol como ejemplo extremo del exacerbamiento de las identidades culturales) . Asimismo, a lo largo del film también se van reflejando las tensiones sociales existentes en nuestra vida cotidiana: la explotación, la falta de trabajo, la ruptura de los lazos sociales, la desconfianza, la escasez de oportunidades, la desesperanza, etc (por ejemplo en la tercera secuencia, apenas arribado a Capital, Freddy es requisado en una vereda de forma muy violenta por un par de policías, en medio de la noche). De alguna manera, es una cinta que da cuenta en su relato del principio del fin de una época, la de los ´90 de la convertibilidad.

En Bolivia, Caetano construye un personaje principal, Freddy, que también tiene sus claroscuros; en este sentido Caetano decide mostrar la discriminación hacia el ‘Otro’ en Argentina a través de la elección de un inmigrante en particular, pero no mediante una mirada compasiva o paternalista sino con un personaje con participación activa en la estructuración del relato del film, pese a ser víctima constante de atropellos y vejaciones por parte de Enrique y el Oso, entre otros. Existe por parte del director un fuerte involucramiento en la construcción del personaje y su conflicto, en el modo en el que nos es representada la travesía de Freddy por medio de planos cerrados, extensos, donde predominan los silencios, la cámara tiende a inmiscuirse, a meterse con lo que sucede, no cuenta todo desde un punto de vista alejado, neutral, la acertada correlación entre la elección del tipo de soporte fílmico (un blanco y negro sucio y descarnado, con alto nivel de grano) con el tipo de historia que se narra (cruda, seca, violenta), el ambiente de hostigamiento se vincula permanentemente con los lugares agobiantes, los encuadres cerrados con los que trascurre la acción, los diálogos cargados de subtexto donde los personajes siempre están enunciando más de lo que dicen y hasta mintiendo descaradamente, recurso muy poco utilizado en el cine actual: vemos a los personajes no sólo hablando, sino haciendo, lo que en ocasiones los hace incurrir en contradicciones. Sin embargo, no se trata de una permanente bajada de línea por parte del realizador, sino que su tarea consiste en exponer estas contradicciones, hacerlas evidentes, dejando en manos del espectador el trabajo de juzgarlos o no.

A través de pequeños, ínfimos detalles es que vamos descubriendo con el transcurrir de la película fragmentos de la vida anterior del boliviano: que vino desde Bolivia al quedarse sin trabajo en los campos de cultivo, que tiene 4 hijos y una mujer a los que dejó para poder primero asentarse él, e incluso le brota de golpe su posición política con respecto al imperialismo (nos referimos a la escena de la bailanta donde Freddy, alcoholizado, comienza a maldecir a “esos yanquis de mierda”; se deja entrever que el trabajo que Freddy tenía en Bolivia le fue arrebatado por la milicia antidroga norteamericana).

Aunque esta posición igualmente es relativizada por el propio Caetano en una entrevista a la revista Sudestada, en 2005: “En Bolivia tenía una mirada adolescente de cómo eran las cosas, no me había propuesto nada, pero está cargada de cuestiones de formación política que yo había tenido, de una forma de mirar y percibir ciertas cosas que en ese momento no se hablaban. […] ahora la veo y me parece bastante dura, pero con una mirada bastante sorprendida de esos personajes. No es que va al lado oscuro de los personajes sino que está todo el tiempo como con cierto pavor a eso. Si la tuviera que hacer ahora, tal vez sería menos condescendiente con los personajes, mostraría miserias más profundas”[1].

Pese a ser ignorado por la crítica y el público al momento de su estreno, se trata de uno de los films más logrados de Caetano, tanto en su temática como en su abordaje, mediante un sólido manejo de los encuadres y de creación del espacio sonoro (sobre todo en las escenas que transcurren en el bar) y una gran dirección de actores, amén de un inteligente montaje y puesta en escena. En suma, un film que vale la pena volver a revisar, si pretendemos no perder la memoria de aquellos nefastos años noventa, una de las décadas más oscuras y devastadoras, a nivel social, económico y cultural, que sufrió nuestro país.

LeoAbsurdo


[1] Portela, Ignacio. “Entrevista a Adrián Caetano”, Revista Sudestada, pp 31.