Ficción y realidad, realidad y ficción. Es tan opaca la línea que separa estos dos términos que a veces uno no termina sabiendo qué es qué. ¿Puede la realidad construirse desde la ficción? ¿Tiene la ficción ciertas cuotas de realidad? Si la “realidad” que nos muestra el aparato audiovisual informativo es construida desde una mirada totalmente atravesada por intereses políticos y económicos ¿Cuánto de ficción tiene entonces ese recorte que se presenta como lo real e indiscutible? Desde la aparición del cine y luego de la televisión, ciertas imágenes han adquirido el valor de verdades universales transformándose en realidades aparentemente incuestionables. Si bien esa idea ha ido perdiendo fuerza, y los medios ya no se presentan como lo real sino como “lo que hay que saber”, la potencia en términos objetivos que tienen las imágenes proyectadas en una pantalla sigue siendo indiscutible. Es por esta razón que el falso documental, género que existe desde los orígenes del cine pero que en las últimas décadas ha adquirido un tono más crítico, viene a romper con ese paradigma y a decirnos, con sutileza e ironía, que, en todo lo que vemos y oímos, está la mano última del hombre, que todo recorta y todo decide. A lo subjetivo, en definitiva, me refiero.
“La Era del Ñandú” es un film de 1987 hecho exclusivamente para canal 7 y dirigido por Carlos Sorín. La película relata la historia de Kurz (sutil guiño al coronel Kurtz de Francis Ford Coppola) un científico que, en los años 60, inventó una droga llamada Bio K2 que podía alargar la vida. A partir de este hecho, las cosas se disparan de forma precipitada: La primer parte del film tiene que ver con lo novedoso del asunto ¿quién poseía la droga? ¿Quién la podía proveer? ¿Qué efectos producía? ¿Quién era su inventor? Luego, una etapa política en donde Sorín deja ver una crítica hacia el Estado lento y burocrático que reacciona siempre después de que las cosas suceden. Por último, una etapa mística en donde Kurz se transforma en un guía espiritual y misterioso a la vez, ya que nadie nunca lo ha visto, nadie tiene una foto de él. De esta forma, largas procesiones de gente recorren las ciudades agradeciéndole a la Bio K2 por sus grandísima generosidades.Pero por último, el olvido: es que una nueva atracción ha invadido Buenos Aires: el ula ula. Los tiempos del Bio K2 quedaron atrás, en el anecdotario quizás, en el patio trasero de un país que se agita casi con el mismo ímpetu con que desea olvidar, cambiar el ángulo de la información.
El film de Sorín, que dura apenas 40 minutos, es un falso documental que, a diferencia de otros, uno lo sabe irreal a los pocos minutos de comenzado. Quizás porque estéticamente no haya envejecido del todo bien. Quizá también por lo dantesco de los hechos que se van sucediendo. Lo que si es seguro, es que la historia nos hace reflexionar sobre el ser nacional y la manera en la cual históricamente hemos “comprado humo”. Nada de lo que se presenta es real, pero podría haber sido cierto en esta argentina que ha sabido comprar el “1 a1”, las dictaduras salvadoras, la pizza y el champagne y muchas otras cosas. Entonces uno se pregunta ¿porqué no?
el falso documental es un género que puede utilizarse de forma muy efectiva a la hora de abordar la crítica, encima es más barata su realización. Pero el 7º arte no es lo mio. Un abrazo.
Claro que sí. Aunque está un pcoo en desuso. Hay un nuevo falso documental que va a dar que hablar: Distrito 9, producida por Peter Jackson. Gracias por pasarte, amigo. Muy bueno tu blog. Abrazo
El falso documental es el lugar donde mejor se materializa la dualidad de "realidad/ficción". ejemplos como esta película, o Zelig, o, personalmete, Spinal Tap, hacen que el espectador (prevenido o no) se cuestione la pregunta del millón :¿qué significa el cine documental? Esta pregunta se genera por el grado de veracidad que se le asigna, a priori, al documental; esto es: "representar la realidad tal cual es". Bueno, este género del fake es genial porque pone explícitamente en duda el tema de "lo real" en el documental. Piola el blog eh!!!
ahora entiendo el juego de palabras del nombre del blog, jajja! vamos kubrik todavía!!! Un par cositas: con respecto al comentario que pusiste en el blog respecto a la Prensa K-nalla, contesto afirmativamente: si, me interesa mucho. ¿vas al encuentro en rosario con Rossi? yo ya me anoté (la data está en catanpeist), sería bueno hablarlo personalmente; te digo que es bastante loco conocer a los compañeros en persona, en la reunión con Rossi todos nos presentamos con el nombre del blog, jaja! algo así como:Ahhh, así que vos sos del blog....? ¿hacés cine?¿sos cinéfilo? te pregunto porque con otros compañeros tenemos un grupo de cine documental,Aluvión, que es un espacio donde nos interesa que se incorpore gente para la producción y/o difusión de cine documental (manufactura, como reza el epígrafe del nombre del grupo, ejeje) provengan o no del mundo del cine. En este momento estamos desarrollando un proyecto vinculado a la producción familiar de alimentos (el otro campo, justamente, jeejej); la onda del grupo es,básicamente, recuperar las experiencias setentistas en cuanto a la difusión del material, esto es, militar cada trabajo que realicemos en todo tipo de ámbito (sindicatos, escuelas, cooperativas,etc.). Bueno cumpa, estamos en contacto. Saludos.
Yo vi La era del ñandú cuando la estrenaron en lo que ahora es el Canal 7 (por suerte le sacaron el nombre que le pusieron los milicos). Me gustó mucho el documental, sobre todo porque estaba relacionado con algo que hizo mucha bulla en esa época: la crotoxina. Un tal doctor Vidal usaba esta sustancia extraída del veneno de las serpientes para curar el cáncer. Algunos medios ya hablaban de el argentino que había descubierto la cura contra el cáncer y acusaban al gobierno de agacharse ante los laboratorios extranjeros porque no protegian al sabio argentino que había salvado al mundo. Para otros el tal Vidal era un chanta. Bien, en esto se basa este documental. Es interasante verlo teniendo en cuenta el contexto de producción del film. Lo recomiendo.
Alguien nombró a Zelig, para mí es una de las mejores películas que he visto.
8 comentarios:
el falso documental es un género que puede utilizarse de forma muy efectiva a la hora de abordar la crítica, encima es más barata su realización. Pero el 7º arte no es lo mio. Un abrazo.
Claro que sí. Aunque está un pcoo en desuso. Hay un nuevo falso documental que va a dar que hablar: Distrito 9, producida por Peter Jackson.
Gracias por pasarte, amigo. Muy bueno tu blog. Abrazo
El falso documental es el lugar donde mejor se materializa la dualidad de "realidad/ficción". ejemplos como esta película, o Zelig, o, personalmete, Spinal Tap, hacen que el espectador (prevenido o no) se cuestione la pregunta del millón :¿qué significa el cine documental? Esta pregunta se genera por el grado de veracidad que se le asigna, a priori, al documental; esto es: "representar la realidad tal cual es". Bueno, este género del fake es genial porque pone explícitamente en duda el tema de "lo real" en el documental.
Piola el blog eh!!!
ahora entiendo el juego de palabras del nombre del blog, jajja! vamos kubrik todavía!!!
Un par cositas: con respecto al comentario que pusiste en el blog respecto a la Prensa K-nalla, contesto afirmativamente: si, me interesa mucho.
¿vas al encuentro en rosario con Rossi? yo ya me anoté (la data está en catanpeist), sería bueno hablarlo personalmente; te digo que es bastante loco conocer a los compañeros en persona, en la reunión con Rossi todos nos presentamos con el nombre del blog, jaja! algo así como:Ahhh, así que vos sos del blog....?
¿hacés cine?¿sos cinéfilo? te pregunto porque con otros compañeros tenemos un grupo de cine documental,Aluvión, que es un espacio donde nos interesa que se incorpore gente para la producción y/o difusión de cine documental (manufactura, como reza el epígrafe del nombre del grupo, ejeje) provengan o no del mundo del cine. En este momento estamos desarrollando un proyecto vinculado a la producción familiar de alimentos (el otro campo, justamente, jeejej); la onda del grupo es,básicamente, recuperar las experiencias setentistas en cuanto a la difusión del material, esto es, militar cada trabajo que realicemos en todo tipo de ámbito (sindicatos, escuelas, cooperativas,etc.). Bueno cumpa, estamos en contacto.
Saludos.
Yo vi La era del ñandú cuando la estrenaron en lo que ahora es el Canal 7 (por suerte le sacaron el nombre que le pusieron los milicos). Me gustó mucho el documental, sobre todo porque estaba relacionado con algo que hizo mucha bulla en esa época: la crotoxina. Un tal doctor Vidal usaba esta sustancia extraída del veneno de las serpientes para curar el cáncer.
Algunos medios ya hablaban de el argentino que había descubierto la cura contra el cáncer y acusaban al gobierno de agacharse ante los laboratorios extranjeros porque no protegian al sabio argentino que había salvado al mundo. Para otros el tal Vidal era un chanta. Bien, en esto se basa este documental. Es interasante verlo teniendo en cuenta el contexto de producción del film. Lo recomiendo.
Alguien nombró a Zelig, para mí es una de las mejores películas que he visto.
Gracias por pasarte y comentar Casta. Si, a nosotros también nos encanta Zelig. Bah, todo Woody Allen!
Primero deberias dejarla de usarla como un plumero!
He luchado con simios mas inteligentes que tu!
jajaja, Viejo Vizcacha, te respondí en tu blog!
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